domingo, junio 02, 2002

Paso firme

IBARAKI, Japón.– En el que es considerado el Grupo de la muerte, la Argentina empezó a transferirle la soga al cuello a los demás. Por mérito propio, como lo fue el justificado triunfo ante Nigeria, y por el indirecto beneficio del empate entre Inglaterra y Suecia, el seleccionado no demoró en instalarse en lo más alto y si repite la victoria ante los ingleses pasará de rueda, mientras el resto ya achicó el margen de error, que en caso de reincidencia lo conducirá al abismo.

No se trató de ningún estreno soñado o de un rendimiento superlativo, pero sí una presentación con lo que hacía falta: personalidad, postura y juego para ser superior a un rival apichonado y emboscado en su campo y autoridad para no ceder casi nunca la iniciativa, aun en los pasajes del primer tiempo en los que pareció desconectarse del partido.
Para los perseguidores de grandes y continuas emociones que en la madrugada argentina siguieron el encuentro por televisión, es probable que el partido les haya arrancado algún bostezo en la primera etapa o que en la lucha contra el sueño haya habido alguna claudicación. Muchos más despiertos, los casi 35.000 espectadores que estuvieron en el estadio del Kashima también reaccionaron en varios pasajes con indiferencia, traducida en un silencio que permitía escuchar los gritos de los jugadores hasta desde la segunda bandeja del imponente escenario.
En síntesis, la Argentina hizo de su debut un trabajo sobrio en la defensa, convincente en la zona media y efectivo en el ataque sólo por insistencia, no por contundencia para sacar provecho dentro del área. Fue una prueba más de la adultez competitiva de este seleccionado, ya demostrada en ocasiones menos trascendentes, y ratificada sin complejos en su primera exposición mundialista.
La rueda del Mundial se echó a rodar y el clásico cercano ante Inglaterra, del viernes próximo, la acelerará casi como ningún otro choque de esta etapa clasificatoria. Mientras se espera ese momento de alto voltaje, el cotejo con Nigeria deja paso a un análisis reposado sobre lo bueno, que es el material más abundante, y lo que queda por corregir.

LO BUENO
Respuesta inmediata ante el imprevisto: la lesión de Ayala a minutos de arrancar el encuentro era uno de esos percances que pueden desacomodar en lo mental y en lo colectivo. No ocurrió nada de eso. La defensa se ordenó bien, con Samuel en el centro -en esa posición en Roma- y Placente sobre la izquierda. Salvo alguna desprolijidad de Pochettino, la última línea dio firmeza y seguridad. Esto demuestra el alto nivel de recambio del plantel, pese a perder a su capitán y referente defensivo.
Un mediocampo que cubre la cancha: los volantes tuvieron movilidad y alta participación. Cada uno con sus características; Zanetti, con su potencia física incontenible; Sorin, con su notable capacidad para aparecer por sorpresa en el ataque y no desatender sus obligaciones defensivas; Simeone, a lo Cholo, con garra y empuje, y Verón, con esa facilidad para encontrar al compañero mejor ubicado, mostrarse como auxilio y hacer pesar su pegada (la parábola de su córner en el gol de Batistuta fue impecable).
Batistuta, en el momento justo: viene de una floja temporada en Italia y la competencia con Crespo se le hizo más ardua, pero Bati, por si hacía falta, demostró que es un goleador de raza y de alma. La selección lo motiva como pocas otras cosas. Y éste no es un Mundial más en su carrera, al tratarse del último.
Un equipo acostumbrado a mandar: podrá jugar un poco mejor o peor, pero son pocas las veces en las que este seleccionado deja de ser superior a su adversario. Si no lo consigue con fútbol, lo hace con presencia. Y si no lo logra con precisión, lo cristaliza con perseverancia.
Los suplentes se ponen a la par de los titulares: entró el Kily González por el Piojo López y fue un revulsivo en el sector izquierdo; ingresó Crespo por Batistuta y también merodeó el arco con peligro; Aimar reemplazó a Verón y dejó apuntes de su clase. El seleccionado vale por los que entran, pero también por los que esperan su oportunidad.

LO MALO
Hace diez días, Bielsa había hablado de falta de fineza en los gestos técnicos y en la terminación de las jugadas. El déficit no está erradicado. Hubo pases mal dados, tendencia a caer en el pelotazo largo y a dividir, y falta de clarividencia en el último toque para que dentro del área ganara casi siempre el despeje de Nigeria, muchas veces a través del casi impasable arquero Shorunmu. Ayer, la Argentina no terminó lamentándolo, pero en un partido más cerrado o ante rivales más empinados deberá ajustar la definición.
Pese a que no pasó complicaciones para controlar a Nigeria, igual sufrió dos amonestados: Samuel -quizá víctima de la disparidad de criterios que aplicó el francés Veissiere- y Simeone, quienes por la función que tienen están más expuestos a recibir tarjetas amarillas. Si acumulan dos durante la etapa clasificatoria, deberán cumplir una fecha de suspensión. De todas maneras, el seleccionado se ha llevado bastante bien con la disciplina: hace 31 encuentros que no tiene expulsados.

ESTADÍSTICAS:
Posesión de la pelota : Argentina 55%; Nigeria 45%
Remates : Argentina 20; Nigeria 7
Remates al arco : Argentina 9; Nigeria 2
Foules : Argentina 16; Nigeria 20
Córners : Argentina 11; Nigeria 4
Off sides : Argentina 1; Nigeria 3
Amonestados : Argentina 2, Nigeria 1
Jugador que recibió más faltas : Ortega yOgbeche, con cuatro
Jugador que cometió más faltas : Pochettino y Ogbeche, con cuatro

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