viernes, junio 07, 2002

Dolor profundo

MIYAGI, Japón.- La zona mixta del estadio de esta ciudad comenzó a poblarse de huellas de la honda frustración del plantel argentino. El primero en encarnarlas en ese momento fue Germán Burgos, que llegó cubierto por una bandera celeste y blanca; cerca de él, con una expresión igual de cumpungida caminaban hacia la salida Javier Zanetti y Juan Sebastián Verón.
Palabras más, palabras menos, en las expresiones de todos se pudo leer lo mismo: antes que nada, una desilusión apabullante, una herida profunda. Después, la sensación de haberlo dado todo, de haber merecido mucho más que el destino de irse con las manos vacías, y que faltó una ayuda de la suerte para conseguirlo.
Verón intentó razonar sobre lo que le resultaba inescrutable. "¿Qué nos pasó? Nos pasó un tiro libre... Porque después fue algo inexplicable. Pienso que se vio en la cancha: jugamos muy bien y creamos muchas situaciones de gol, pero no ligamos . Igual, tenemos que estar tranquilos, orgullosos porque se dejó todo. Siempre habrá algo para analizar, pero creo que el equipo hoy tuvo respuestas. Creo que faltó suerte, también; otros, con mucho menos, la tuvieron más que nosotros", dijo la Brujita.
Surgió la ineludible referencia a la decepción por no haber respondido a las expectativas que se guardaban en la Argentina. Verón lo reconoció: "Nosotros nos sentimos identificados con ellos y ellos con nosotros. Por ahí, sí, nos queda pedir perdón porque no pudimos darles esa alegría que esperaban".
Poco después llegó Juan Pablo Sorín. Los ojos enrojecidos y casi entrecerrados lo decían todo sobre su procesión interior. No tuvo problemas en admitir qué había vivido en el vestuario. "Mucho dolor, mucha tristeza, mucho llanto. Fuimos los protagonistas de este proceso y queríamos llevar esa ilusión del pueblo argentino a la realidad. Sentimos lo que cualquiera puede imaginar: estamos hechos m..., no hay palabras para decirlo. Ojalá la gente sepa reconocer el esfuerzo, pero nos vamos decepcionados porque queríamos llegar a mucho más."
No le era fácil trazar un repaso del partido, pero lo tenía claro: "La Argentina fue el único protagonista. Siempre fuimos al frente; demostramos que quisimos ser más que un buen equipo: una selección que siempre va a buscar los objetivos siendo protagonista. Nos quedamos afuera, pero de pie, con la frente alta. ¿Qué nos faltó? Es difícil... La derrota con Inglaterra fue dura, nos marcó, pero reafirmó que la Argentina siempre fue protagonista. Si hay que decir algo, faltó el gol, tanto en ese partido como en éste".
Uno de los que menos pudo disimular la tristeza fue Claudio López. El Piojo también mostraba señales de llanto y parecía quebrarse en medio de cada frase. "Esto es triste, pero ya pasó. En el vestuario no había mucho lugar para palabras. ¿Qué le puedo decir a la gente? No sé, no encuentro las palabras. El malestar que vivimos hoy nos va a durar mucho tiempo. Con las ilusiones que ellos se hicieron con este equipo, haber quedado afuera así no es fácil de digerir", dijo.
La pesadumbre le bajó tanto el volumen de voz que casi no se lo escuchaba a Javier Zanetti. "Estoy orgulloso de formar parte de este grupo, porque dejamos todo. Así es el fútbol; lamentablemente, esto termina acá, pero no nos guardamos nada. ¿Qué faltó? Suerte. No se dio y nos duele. Es muy fuerte para el pueblo argentino, para nosotros, para todos. Ahora hay que seguir adelante", expresó. Se le preguntó qué les había dicho Marcelo Bielsa en el vestuario: "Nos agradeció y nos dijo que no nos podía reprochar nada", afirmó el volante.
Pablo Aimar se quejó por la actitud de los rivales y rescató la de la Argentina. "Les está yendo bien a los equipos que especulan. Qué se le va a hacer... Nosotros hicimos todo lo posible para ganar y fuimos al frente. Estamos tan mal como sabemos que está la gente. La tristeza es grandísima, porque no merecemos irnos del Mundial."
Algo parecido decía Claudio Caniggia. "Claro que es una frustración haber quedado afuera. Era la zona más difícil, pero la Argentina estaba en condiciones de superarla. Para mí fue doble frustración, porque sabía que trabajando como trabajé podía llegar bien. Me queda una doble frustración porque no participé en el Mundial", comentó.
Diego Simeone tampoco ocultó la desazón: "Sentimos una desilusión enorme por no haberle podido darle una alegría a la gente. El equipo intentó, buscó y no se le puede acusar de nada por el juego que hizo. La Argentina tuvo un estilo durante todo el ciclo Bielsa, y nunca lo traicionó. En cuanto a mí, sé que es dificilísimo que esté en otro Mundial, pero ahora no se puede mirar tan adelante. Ahora importa el presente, y el presente indica tristeza".
Y Pablo Cavallero pensaba en todo lo bueno que se hizo en los últimos años y lo poco que se cosechó: "Hicimos lo imposible por sacar esto adelante, por aportar seriedad y honestidad en estos cuatro años que nos tocó vivir juntos. Y bueno, Dios nos pagó de esta forma, qué se le va a hacer..."

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