martes, junio 30, 1998

El desahogo llegó tras los penales y la angustia

SAINT-ETIENNE.- Era de esperar que para la Argentina se acabara el Mundial del trotecito, de los triunfos por presencia y portación de nombre en un grupo clasificatorio que fue de prácticas oficiales. Hubo un cambio radical y se le vino todo encima. Aumentó la exigencia y también irrumpieron el sufrimiento y la angustia. Es ínfima la frontera entre el todo y la nada. El no poder con un hombre más durante 75 minutos, el cansancio, el rezo, la imploración, el desahogo que se hace desear. La suerte de cuatro años de preparación jugada a cara o ceca en la lucidez de un remate o en la intuición de un arquero. Como en toda situación extrema, hace falta un héroe, un salvador. Y aparece Lechuga Roa para llevarse los laureles. Como en el Mundial Ô90, la Argentina sube con los penales.

Sin ninguna lógica
Hubo varios partidos de fútbol en 120 minutos imprevisibles. Desconcertantes por momentos; atrapantes siempre. El partido no tuvo regla ni lógica. Hubo corazón, atrevimiento, confusión. El encuentro le saca letra a la táctica y le da cuerda a los sentimientos.Se juega en la cancha y en las tribunas. Está para cualquier cosa. Se puede definir por alguna genialidad de Owen -el distinto a todos por velocidad y clase-. Por alguno de los tantos desatinos del árbitro Nielsen -alucinó faltas que no existieron, como los dos penales que sancionó, e ignoró el manotazo de Chamot a la pelota dentro del área, para evitar el cabezazo de Shearer. Por la incomprensible sustitución de Batistuta para darle lugar a un Crespo que no pudo disimular su larga inactividad por lesión. Por un Ortega que abría huecos entre los mastodontes ingleses; que se equivocaba, sí, pero en muchas ocasiones por falta de compañía. Por el empuje desprolijo de la Argentina. Por los zarpazos que sacaba ese león herido que era Inglaterra.
A los 5 minutos ya teníamos la avivada de un nuevo Diego, como en el ´86. Simeone se enganchó solo con Seaman y completó el arte de la simulación con la zambullida. Todo ficticio, pero real para el juez danés. Batistuta dobló las manos de Seaman con el penal, pero el 1 a 0 no es tranquilidad. Cinco minutos más tarde, Owen fue otro cultor del engaño. Voló sin que Ayala lo tocara. La potencia de Shearer señaló el 1 a 1.
Cuando la Argentina empezaba a aburrir con los pelotazos, el juvenil Owen devolvió una genialidad digna de Maradona. Arrancó en el círculo central y le puso la quinta velocidad a su gambeta. Imparable para Chamot, Ayala y Roa. Un golazo.
Todo se daba vuelta y hasta sobrevoló la sentencia con un tiro cruzado de Scholes. El equipo era puro nervios adelante. Ortega no podía hacer todo; Verón no aparecía; Batistuta y López no se entendían ni por señas.
Igual, la Argentina atropellaba por tumulto. Hasta que logró algo vital: no irse al descanso con el peso de una derrota. Tiro libre en tiempo de descuento. Jugada preparada para que Zanetti pase por detrás de la barrera y defina con un zurdazo cruzado. Bondades del pizarrón de la semana.
De arranque en el segundo tiempo, Beckham responde con un puntapié a una provocación de Simeone y se va expulsado. El desequilibrio numérico no se refleja en el desarrollo. Passarella patea el tablero al reemplazar a uno de los goleadores del Mundial. Con Gallardo, el equipo busca agruparse en el toque, pero sin claridad. Queda la sensación de que la Argentina deja pasar una gran oportunidad por falta de decisión e ideas. Ya en el suplementario, Ortega no puede levantar las piernas. Hay penales. Hay incertidumbre. Agonía cuando erra Crespo. La resurrección la trae Roa al tapar los remates de Ince y Batty. La Argentina sigue en el Mundial. Con poco fútbol, la emoción al tope y mucho de suspenso.


Lo bueno
La clasificación argentina para cuartos de final, que mejoró lo hecho en los Estados Unidos. Aun sin gran consistencia, el equipo sigue siendo candidato para luchar por el título.

Lo malo
El seleccionado no aprovechó los 75 minutos que jugó con un hombre de más. El capricho de Passarella en sacar a Batistuta e impedir que se juntara con Gallardo y Ortega.

Lo lindo
El clima que hubo en las tribunas. El estadio Geoffroy Guichard tuvo una gran efervescencia por los cambios en el resultado y los cánticos de los argentinos e ingleses.

GOLES:
1er tiempo: 6m, Batistuta (A) de penal; 10m, Shearer (I) de penal; 16m, Owen (I); 45m, Zanetti (A).
Penales: Para Argentina convirtieron Berti, Verón Gallardo y Ayala, Seaman contuvo el remate de Crespo. para Inglaterra marcaron Shearer, Merson y Owen, Roa atajó los disparos de Ince y Batty.

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